miércoles, 28 de abril de 2010

ATAQUES ENTRE BACTERIAS




Un equipo de científicos, bajo la dirección del profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, José R. Penadés, ha descubierto que algunas especies de bacterias atacan a otras induciendo, por “control remoto”, la activación de virus que son capaces de destruirlas.

Se trata de un mecanismo desconocido hasta ahora que podría abrir las puertas a nuevos tipos de terapias para curar infecciones bacterianas.

Algunas especies de bacterias acaban con las bacterias enemigas produciendo agua oxigenada. Un caso claro de este tipo de ataques entre bacterias es el que sucede en el interior de nuestro cuerpo cuando tiene lugar una infección en la nasofaringe. Las bacterias Staphylococcus aureus que ocupan normalmente el interior de la nariz son atacadas por los estreptococos Streptococcus pneumoniae utilizando este mecanismo, y se desarrolla la infección. El modo en que se produce este ataque ha resultado un auténtico misterio para los científicos: el agua oxigenada es, como sabemos, bactericida, y por lo tanto letal para S. aureus, pero sorprendentemente, las mismas concentraciones de agua oxigenada resultan inocuas para S. pneumoniae, la especie que la genera.


Los investigadores españoles han conseguido desentrañar cual es el mecanismo por el cual se produce este resultado en el ataque entre bacterias.

En muchos casos, las bacterias son infectadas por un tipo de virus, llamado bacteriófagos, que inyectan su material genético en ellas y las utilizan como fábrica para replicarse. La respuesta de las bacterias, en algunos casos, es curiosa ya que incorporan el material genético del virus a sus cromosomas y continúan su vida normal, dividiéndose, aunque portando una copia “durmiente” del virus en su interior.

A este tipo de bacterias “portadoras” del material genético de los virus se las denomina lisogénicas. Llevar ese material en su interior les da una cierta protección, pero para algunas de ellas el virus puede actuar como una bomba de relojería.

Un pequeño daño en el ADN de la bacteria lisogénica se puede convertir en una trampa, ya que los mecanismos de autoreparación que tienen las células, la llamada respuesta SOS, que se activa ante los daños en el ADN, activa el virus, provocando la muerte de la bacteria y la liberación de nuevas réplicas del virus.

La investigación llevada a cabo por el doctor Penadés y sus colaboradores ha demostrado que:

*

La activación de la respuesta SOS se produce en las bacterias de S. aureus en presencia de concentraciones bajas de agua oxigenada.

*

Cuando las bacterias son lisogénicas y llevan en su interior el ADN de un virus bacteriófago, entonces esa respuesta SOS activa la “bomba” de relojería, y buena parte de la población de S. aureus queda eliminada.

*

La liberación de agua oxigenada por parte de las bacterias S. pneumoniae actúa entonces como “accionador remoto” de esa respuesta.


Según ha afirmado el investigador José R Penadés: “Era muy intrigante que unos niveles relativamente bajos de agua oxigenada fuesen producidos de manera segura por algunas bacterias y sin embargo provocasen la muerte en otras, y por tanto dijo el doctor: “Matar un organismo por ‘control remoto’ podría ser un mecanismo muy común en la relación entre diferentes especies de bacterias”.